Archivos para agosto, 2012

Centauro

Publicado: 28 de agosto de 2012 en Uncategorized

En la mitología griega, los centauros son una raza de seres con el torso y la cabeza de humano y el cuerpo de caballo. Las versiones femeninas reciben el nombre de centáurides.

Vivían en las montañas de Tesalia y se les consideraba hijos de Kentauros (el hijo de Ixión y Néfele) y algunas yeguas magnesias, o de Apolo y Hebe.

El centauro es un ser fabuloso originario de la mitología griega. Aunque en las primeras narraciones se los describe como una raza de gigantes, absolutamente cubiertos de pelos, habitaban la región de Tesalia y vivían rudamente. Muy salvajes se dedicaban a recorrer el país mientras raptaban mujeres. Pero más tardíamente otros textos comienzan a difundir la imagen que ha trascendido hasta la actualidad: un híbrido, mitad hombre y mitad caballo.

Así, pues, los centauros tenían fama de violentos y de disfrutar de placeres como el vino, las mujeres y la caza. Se los consideraba la encarnación de sentimientos como la ira y por lo tanto, representantes de la barbarie y de la lujuria masculina.

Algunos centauros, como Folo y Quirón, escaparon a esta fama de salvajismo. Folo, hospedó a Hércules y a sus amigos y Quirón, aprendió las artes de la medicina y era además sabio, justo y tutor de personajes notables como Asclepio, dios griego de la medicina.

En el cristianismo, el centauro es un símbolo del hombre atormentado por la lucha entre el bien y el mal.

Como la Titanomaquia, la derrota de los Titanes por los dioses olímpicos, las contiendas con los centauros representan la lucha entre la civilización y el barbarismo y es conocida como Centauromaquia.

El personaje general de los centauros es el de seres salvajes, sin leyes ni hospitalidad, esclavos de las pasiones animales. Dos excepciones a esta reglas son Folo y Quirón, que expresaban su «buena» naturaleza, siendo centauros sabios y amables.

Los centauros son muy conocidos por la lucha que mantuvieron con los lápitas, provocada por su intento de raptar a Hipodamía el día de su boda con Pirítoo, rey de los lapitas y también hijo de Ixión. La riña entre estos primos es una metáfora del conflicto entre los bajos instintos y el comportamiento civilizado en la humanidad. Teseo, un héroe y fundador de ciudades que estaba presente, inclinó la balanza del lado del orden correcto de las cosas, y ayudó a Pirítoo. Los centauros huyeron. (Plutarco, Teseo, 30; Ovidio, Las metamorfosis xii. 210; Diodoro Sículo iv. 69, 70.) Escenas de la batalla entre los lápitas y los centauros fueron esculpidas en bajorrelieves en el friso del Partenón, que estaba dedicado a la sabia Atenea.

Quirón:

El centauro más noble fue Quirón, reverenciado por su conocimiento y aptitudes para la medicina. Fue tutor de muchos héroes griegos, entro los que figuran Aquiles, notable guerrero griego que participó en la guerra de Troya; Jasón, líder de los Argonautas en su búsqueda del Vellocino de Oro; y Asclepio, el más famoso médico del mundo griego. Quirón enseñó a su joven discípulo el arte de la cirugía y el uso de medicamentos, encantamientos y pociones.

Escila

Publicado: 26 de agosto de 2012 en Uncategorized

Según la mitologia griega: era un monstruo marino, que anteriormente había sido una hermosa ninfa hija de Forcis y Hécate.

Su forma es: como un monstruo con torso de mujer y cola de pez, así como con seis perros partiendo de su cintura con dos patas cada uno, haciendo un total de doce; según otras versiones, sería un ser con seis largos y serpentinos cuellos con cabezas grotescas, mientras que sus doce patas serían de otra naturaleza. Sin embargo, se dice siempre que poseía en cada cabeza tres apretadas hileras de afilados dientes, así como que emitía un aullido similar al de un perro.

Este ser habitaba en: un estrecho paso marítimo, en el lado opuesto a su contraparte Caribdis. Los lados del canal estaban dentro del alcance de una flecha, de modo que los barcos que intentasen evitar a Caribdis deberían acercarse a Escila, y viceversa. Con el tiempo fue transformada por los dioses en una roca, aún existente, que suponía graves peligros para los navegantes.

Aparece en: las aventuras de Odiseo cuando éste por consejo de Circe, se dirige al estrecho de Escila y Caribdis donde a la tripulación de Odiseo se le restan seis miembros por un ataque de Escila. Algunos creen que el ataque de Escila a Odiseo es una forma de vengarse de Circe, ya que si Circe le había quitado a Glauco entonces Escila podría quitarle a Odiseo.

 

Simbología asociada:  Escila (griego Skýlle; latín Scylla) es un monstruo marino que se asocia a Caribdis. Ambos monstruos son metáfora del estrecho de Mesina, situado entre Italia y Sicilia, que en la antigüedad tuvo que ser muy peligroso para la navegación. Escila se encuentra en la orilla peninsular del estrecho.

El mito:  Homero (Odisea XII.80 ss.) describe a Escila como un monstruo que aúlla desde la cueva en que habita. Su voz es como la de un perrillo recién nacido, pero su aspecto es terrible. Tiene doce patas pequeñas y deformes. Seis cuellos sostienen otras tantas cabezas con bocas dotadas de triples filas de dientes densos y mortíferos. Es inmortal. Se alimenta de cuantos seres marinos se ponen a su alcance, pero no desdeña los cuerpos de los navegantes que osen acercarse a su morada. El único recurso que les es permitido es la invocación a Crateis (a quien Apolonio de Rodas identifica con Hécate), la madre del monstruo, la única capaz de contener sus ataques.

Tradiciones posteriores la presentan como un ser que tiene torso y rostro de mujer joven y de cintura para abajo se compone de seis perros feroces con sus respectivas cabezas de bocas terribles y ladradoras. Doce patas sustentan a la criatura. Casi todas las versiones señalan como su padre a Forcis, que cuenta entre sus hijos a otros monstruos, como las sirenas y tritones.

A veces se ha pretendido que su origen fue humano, pero sufrió luego una metamorfosis monstruosa. Así lo cuenta Ovidio en Metamorfosis (XIII.730 ss. y XIV.1 ss.). Escila era una bella muchacha que tuvo muchos pretendientes, que ella solía rechazar. Uno de ellos, Glauco, acudió a Circe, la bruja, para pedir que interviniera en su favor con sus habilidades mágicas. Circe trata de conseguir a Glauco para ella misma. Quiere disuadirlo de conseguir a la que lo rechaza: mejor será que acepte a la que sabe apreciarlo. Rehúsa Glauco y la maga desvía su despecho hacia la rival. Escila solía refugiarse en una ensenada fresca y apartada para huir del rigor del sol del mediodía. Allí se dirige Circe. Emponzoña el antro con sus fórmulas mágicas y sus conjuros. Escila ve como brotan de su vientre seis perros feroces y comprueba con espanto que forman parte de ella.