Centauro

Publicado: 28 de agosto de 2012 en Uncategorized

En la mitología griega, los centauros son una raza de seres con el torso y la cabeza de humano y el cuerpo de caballo. Las versiones femeninas reciben el nombre de centáurides.

Vivían en las montañas de Tesalia y se les consideraba hijos de Kentauros (el hijo de Ixión y Néfele) y algunas yeguas magnesias, o de Apolo y Hebe.

El centauro es un ser fabuloso originario de la mitología griega. Aunque en las primeras narraciones se los describe como una raza de gigantes, absolutamente cubiertos de pelos, habitaban la región de Tesalia y vivían rudamente. Muy salvajes se dedicaban a recorrer el país mientras raptaban mujeres. Pero más tardíamente otros textos comienzan a difundir la imagen que ha trascendido hasta la actualidad: un híbrido, mitad hombre y mitad caballo.

Así, pues, los centauros tenían fama de violentos y de disfrutar de placeres como el vino, las mujeres y la caza. Se los consideraba la encarnación de sentimientos como la ira y por lo tanto, representantes de la barbarie y de la lujuria masculina.

Algunos centauros, como Folo y Quirón, escaparon a esta fama de salvajismo. Folo, hospedó a Hércules y a sus amigos y Quirón, aprendió las artes de la medicina y era además sabio, justo y tutor de personajes notables como Asclepio, dios griego de la medicina.

En el cristianismo, el centauro es un símbolo del hombre atormentado por la lucha entre el bien y el mal.

Como la Titanomaquia, la derrota de los Titanes por los dioses olímpicos, las contiendas con los centauros representan la lucha entre la civilización y el barbarismo y es conocida como Centauromaquia.

El personaje general de los centauros es el de seres salvajes, sin leyes ni hospitalidad, esclavos de las pasiones animales. Dos excepciones a esta reglas son Folo y Quirón, que expresaban su «buena» naturaleza, siendo centauros sabios y amables.

Los centauros son muy conocidos por la lucha que mantuvieron con los lápitas, provocada por su intento de raptar a Hipodamía el día de su boda con Pirítoo, rey de los lapitas y también hijo de Ixión. La riña entre estos primos es una metáfora del conflicto entre los bajos instintos y el comportamiento civilizado en la humanidad. Teseo, un héroe y fundador de ciudades que estaba presente, inclinó la balanza del lado del orden correcto de las cosas, y ayudó a Pirítoo. Los centauros huyeron. (Plutarco, Teseo, 30; Ovidio, Las metamorfosis xii. 210; Diodoro Sículo iv. 69, 70.) Escenas de la batalla entre los lápitas y los centauros fueron esculpidas en bajorrelieves en el friso del Partenón, que estaba dedicado a la sabia Atenea.

Quirón:

El centauro más noble fue Quirón, reverenciado por su conocimiento y aptitudes para la medicina. Fue tutor de muchos héroes griegos, entro los que figuran Aquiles, notable guerrero griego que participó en la guerra de Troya; Jasón, líder de los Argonautas en su búsqueda del Vellocino de Oro; y Asclepio, el más famoso médico del mundo griego. Quirón enseñó a su joven discípulo el arte de la cirugía y el uso de medicamentos, encantamientos y pociones.

Escila

Publicado: 26 de agosto de 2012 en Uncategorized

Según la mitologia griega: era un monstruo marino, que anteriormente había sido una hermosa ninfa hija de Forcis y Hécate.

Su forma es: como un monstruo con torso de mujer y cola de pez, así como con seis perros partiendo de su cintura con dos patas cada uno, haciendo un total de doce; según otras versiones, sería un ser con seis largos y serpentinos cuellos con cabezas grotescas, mientras que sus doce patas serían de otra naturaleza. Sin embargo, se dice siempre que poseía en cada cabeza tres apretadas hileras de afilados dientes, así como que emitía un aullido similar al de un perro.

Este ser habitaba en: un estrecho paso marítimo, en el lado opuesto a su contraparte Caribdis. Los lados del canal estaban dentro del alcance de una flecha, de modo que los barcos que intentasen evitar a Caribdis deberían acercarse a Escila, y viceversa. Con el tiempo fue transformada por los dioses en una roca, aún existente, que suponía graves peligros para los navegantes.

Aparece en: las aventuras de Odiseo cuando éste por consejo de Circe, se dirige al estrecho de Escila y Caribdis donde a la tripulación de Odiseo se le restan seis miembros por un ataque de Escila. Algunos creen que el ataque de Escila a Odiseo es una forma de vengarse de Circe, ya que si Circe le había quitado a Glauco entonces Escila podría quitarle a Odiseo.

 

Simbología asociada:  Escila (griego Skýlle; latín Scylla) es un monstruo marino que se asocia a Caribdis. Ambos monstruos son metáfora del estrecho de Mesina, situado entre Italia y Sicilia, que en la antigüedad tuvo que ser muy peligroso para la navegación. Escila se encuentra en la orilla peninsular del estrecho.

El mito:  Homero (Odisea XII.80 ss.) describe a Escila como un monstruo que aúlla desde la cueva en que habita. Su voz es como la de un perrillo recién nacido, pero su aspecto es terrible. Tiene doce patas pequeñas y deformes. Seis cuellos sostienen otras tantas cabezas con bocas dotadas de triples filas de dientes densos y mortíferos. Es inmortal. Se alimenta de cuantos seres marinos se ponen a su alcance, pero no desdeña los cuerpos de los navegantes que osen acercarse a su morada. El único recurso que les es permitido es la invocación a Crateis (a quien Apolonio de Rodas identifica con Hécate), la madre del monstruo, la única capaz de contener sus ataques.

Tradiciones posteriores la presentan como un ser que tiene torso y rostro de mujer joven y de cintura para abajo se compone de seis perros feroces con sus respectivas cabezas de bocas terribles y ladradoras. Doce patas sustentan a la criatura. Casi todas las versiones señalan como su padre a Forcis, que cuenta entre sus hijos a otros monstruos, como las sirenas y tritones.

A veces se ha pretendido que su origen fue humano, pero sufrió luego una metamorfosis monstruosa. Así lo cuenta Ovidio en Metamorfosis (XIII.730 ss. y XIV.1 ss.). Escila era una bella muchacha que tuvo muchos pretendientes, que ella solía rechazar. Uno de ellos, Glauco, acudió a Circe, la bruja, para pedir que interviniera en su favor con sus habilidades mágicas. Circe trata de conseguir a Glauco para ella misma. Quiere disuadirlo de conseguir a la que lo rechaza: mejor será que acepte a la que sabe apreciarlo. Rehúsa Glauco y la maga desvía su despecho hacia la rival. Escila solía refugiarse en una ensenada fresca y apartada para huir del rigor del sol del mediodía. Allí se dirige Circe. Emponzoña el antro con sus fórmulas mágicas y sus conjuros. Escila ve como brotan de su vientre seis perros feroces y comprueba con espanto que forman parte de ella.

El Grifo

Publicado: 20 de julio de 2012 en Uncategorized

Según la mitología griega, los Grifos vivián en los montes Hiperbóreos (localizados en algún lugar de Escitia), aunque algunas hipótesis sitúan su origen en Oriente Próximo y aún lo podemos encontrar como motivo de decoración durante la época romana y la Edad Media. Aparece también como emblema en la heráldica, del mismo modo que el unicornio o el león, representando en este sentido el valor, la fuerza y la vigilancia.

Es un animal fabuloso cuya forma varía con el tiempo, si bien es fácilmente reconocible ya que combina un cuerpo de león con cabeza, pecho, alas y garras de águila. La cabeza puede ser de buitre o de león. Las patas pueden ser todas de león o todas de águila o bien aparecer dos y dos.tambien su forma varía con el tiempo, si bien es fácilmente reconocible ya que combina un cuerpo de león con cabeza, pecho, alas y garras de águila. La cabeza puede ser de buitre o de león. Las patas pueden ser todas de león o todas de águila o bien aparecer dos y dos. Es posible también que el cuerpo del felino aparezca alado y sea más pequeño, del tamaño del lobo, y ocasionalmente puede tener cola de serpiente. Otras veces se le atribuía cuerpo de león, pero con cabeza y alas de águila, orejas de caballo y una cresta con aletas de pez. Por otra parte, la postura del grifo no es uniforme: aparece amenazador y rampante, como custodio de un trono real, como montura de un dios o, simplemente, como un animal de presa. Lo mismo se puede decir respecto a su color. De todo lo anterior se deduce que el grifo reunía en sí los caracteres físicos de los dos animales más poderosos de la tierra y del aire, el león y el águila. Era regente del aire y también de la tierra.

A LO LARGO DEL TIEMPO Con el paso del tiempo, los caracteres del grifo se fueron definiendo. Quedó convertido en un ave cuadrúpeda de enormes garras, con uñas del tamaño de los cuernos de un buey, capaces de aferrar el cuerpo de un caballo o de un hombre completamente armado y transportarlo por los aires (las garras eran tan grandes que se podía fabricar una taza o un vaso con cada una de ellas; de hecho, durante la Edad Media se comerció frecuentemente con supuestas garras de grifo, en la creencia de que cambiaban de color si se introducía un veneno en ellas). Cuando el grifo echaba a volar, el viento que producían sus fuertes alas bastaba para derribar a los hombres. Los grifos vivían en los montes Hiperbóreos, en algún punto de Escitia, en lucha constante con los arimaspos, los cuales intentaban robarles el oro y las esmeraldas que colocaban en su nido como talismán contra las alimañas venenosas del monte. Los enemigos naturales del grifo eran los hombres, a los que no temía en absoluto, y los caballos. De su enorme hostilidad hacia este animal da cuenta el hecho de que Virgilio no encuentra imagen más significativa para describir las bondades de la Edad de Oro que decir que en esta época incluso los caballos se mezclaban con los grifos (posteriormente esta idea hará fortuna en la figura del Hipogrifo).

LEYENDAS

Es en Grecia donde aparece por primera vez el motivo de la lucha entre los hombres y los grifos en un poema del siglo IV a.C., titulado Arimaspeia, del que por desgracia no se conservan más que seis versos. El autor del relato, el poeta Aristea de Proconeso, cuenta su viaje hacia el país de los hiperbóreos, la tierra del dios Apolo, quien le había inspirado su obra. Durante el camino se había encontrado a los arimaspos, unos extraños seres ciclópeos, en lucha perpetua con los grifos para apoderarse del oro que éstos custodiaban. Un siglo más tarde el historiador Heródoto retomó la historia y escribió que los grifos construían nidos de oro. La segunda leyenda relacionada con el grifo aparece ya en época medieval, en el Libro de Alexandre, reconstrucción fantástica de la vida del emperador Alejandro Magno, en la cual el macedonio se convierte en un héroe en el que confluyen motivos religiosos, caballerescos, legendarios, etc., capaz de realizar numerosas proezas. Entre ellas está la de enganchar en su carruaje dos grandes grifos. El macedonio, ya conquistada la tierra, decide a emprender la conquista del cielo; asciende a una elevada montaña cercana al Mar Rojo y ordena construir una especie de cesto que sujeta con cadenas a unos grifos. Alejandro idea entonces una treta para conseguir que los grifos levanten el vuelo. Sentado en el interior de la barquilla, sujeta en sus manos dos largas pértigas de madera en cuyo extremo había colocado unos trozos de carne que caían justo delante del pico de los animales; así pues, éstos, en su afán de alcanzarla, echan a volar. Después de sobrevolar la tierra durante el tiempo suficiente para verla como una isla rodeada del océano, la extraña aeronave cayó al agua, al parecer sin consecuencias trágicas para el rey. Se trata éste de un motivo recurrente en la iconografía mundial a lo largo de la historia que, como el anterior, no ha permanecido en el imaginario colectivo.

SIMBOLISMO

Los antiguos hebreos consideraron que el grifo representaba Persia y su religión binaria, el zoroastrismo, pero básicamente el grifo fue siempre -como tantos otros híbridos- una figura guardiana. En Creta representó la valentía vigilante, y así también lo consideraron los antiguos griegos, convencidos de que los grifos protegían los tesoros de oro en Escitia e India. Para los romanos, fue el emblema de Apolo, el dios del sol, y estuvo relacionado con Atenea, diosa de la sabiduría y con Némesis, diosa de la venganza. Con la llegada del cristianismo, el grifo se convirtió en la imagen de venganza y la persecución y, ya en época medieval, fue uno de los pilares de los bestiarios cristianos, pues pasó a simbolizar la naturaleza dual (humana y divina) de Cristo. En cualquier caso, el grifo siempre mantuvo su carácter guardián pues imágenes suyas en piedra (a modo de górgolas) custodian frecuentemente los templos y palacios en la arquitectura gótica de la Baja Edad Media. En realidad, toda esta enorme difusión del grifo parece deberse a su aspecto formal, elegante y vigoroso, el cual se presta a un papel emblemático y simbólico, antes que a una fabulación mítica. Esta es quizá la razón que explica el dilatado uso de esta figura en heráldica, donde siempre ha representado la fuerza y la vigilancia.

En MITOLOGIA: El Grifo es un ave gigantesca, la más grande de todas las especies. Tiene la cabeza parecida al águila, de color oro y el cuerpo de león, de color blanco. Su vista es muy aguda, es fuerte y ágil. Cuando agita sus alas, levanta tanto viento que es capaz de derribar a una persona. Con sus enormes garras pueden atrapar cualquier presa por grande que sea. Los Grifos tienen fama de codicia y rapacidad, son crueles y enemigos de los hombres y de los caballos. La mitología griega asociaba el brillo de su oro con el sol, la leyenda cuenta que estas aves estaban consagradas a APOLO el dios del sol, de cuya carrozaba tiraban a través del cielo, y custodiaban el tesoro que pertenecía a este dios. También se les relaciona con Dionisio, dios del vino, como protectores y guardianas del vino.

 En HERALDICA: Animal mitológico, símbolo de ingenio y grandeza. Todos los blasones que poseen un Grifo, denotan pertenecer a un linaje en el que sus miembros destacaron por su ingenio durante su vida. Otro término heráldico es «Grifado»; en el diccionario heráldico su definición es, «escudo sembrado de Grifos. GRIFO. Animal mitológico que tiene la mitad superior de águila, y la mitad inferior de león, normalmente rampante y de perfil; y rara vez se le pinta sentado. Es símbolo de ingenio y grandeza.

Guardaban tesoros. Su tamaño es bastante grande, suelen medir unos 3 metros. Su comida favorita es la carne de caballo, por lo que es frecuente verlos atacando a caballos y levántandolos en el aire con sus poderosas garras. Los grifos cazan para alimentarse y lo hacen en grupos pequeños de no más de 12 grifos. Pueden combatir en el aire, o lanzándose en picado con el peso de su cuerpo. Los grifos tienen características de los dos animales de los que está formado, por parte de las águilas tiene una vista y un olfato muy desarrollados. Su parte de león le lleva a vivir en manadas, dentro de las cuales siempre hay un líder. Suelen vivir en montañas rocosas, contruyendo sus inmensos nidos en las laderas. Estos nidos están hechos de ramas y hojas. Pueden ser entrenados como monturas, pero es una tarea que requiere cierto tiempo. Una vez entrenados, los grifos son leales y defienden a su jinete hasta la muerte. Son muy valientes y luchan con toda criatura a la que consideren una amenaza sin pensárselo dos veces. El jinete y grifo quedan unidos de por vida.

La Hidra

Publicado: 11 de julio de 2012 en Uncategorized

En la mitología griega, la Hidra de Lerna era un antiguo y despiadado monstruo acuático ctónico con forma de serpiente policéfala (cuyo número de cabezas va desde 3, 5 ó 9 hasta 100 e incluso 10.000 según la fuente) y aliento venenoso a la que Heracles mató en el segundo de sus doce trabajos. La Hidra poseía la virtud de regenerar dos cabezas por cada una que perdía o le era amputada, y su guarida era el lago de Lerna en el golfo de la Argólida, si bien los arqueólogos han confirmado que este lugar sagrado es anterior incluso a la ciudad micénica de Argos, pues Lerna fue el lugar del mito de las Danaides. Bajo sus aguas había una entrada al Inframundo que la Hidra guardaba.

Tras llegar a la ciénaga cercana al lago Lerna, Heracles cubrió su boca y nariz con una tela para protegerse de su aliento venenoso y disparó flechas en llamas a su refugio para obligarle a salir. Entonces se enfrentó a ella con una hoz. Tras cortar cada una de sus cabezas Heracles descubrió que le crecían dos nuevas cabezas, una expresión de la desesperación de esta lucha para cualquiera salvo para este héroe.  Heracles pidió ayuda a su sobrino Yolao. Éste tuvo la idea de usar una tela ardiendo para quemar el muñón del cuello tras cada decapitación, cauterizando la herida y evitando así que las dos nuevas cabezas brotasen. Heracles cortó todas las cabezas y Yolao quemó los cuellos abiertos, matando así a la Hidra. Heracles tomó entonces su única cabeza inmortal y la enterró bajo una gran roca en el camino sagrado entre Lerna y Eleia, mojando sus flechas en la sangre venenosa de la Hidra y completando así su segundo trabajo.

Quimera

Publicado: 4 de julio de 2012 en Uncategorized

ImageEra un monstruo horrendo, hija de Tifón y de Equidna y madre con Ortro de la Esfinge y el León de Nemea. Tenía el cuerpo de una cabra, los cuartos traseros de una serpiente, la cabeza de un león y otras dos cabezas más, una de macho cabrío, que le salía del lomo, y la otra de serpiente, que nacía en la cola. Se dice que vagaba por las regiones de Asia Menor aterrorizando a las poblaciones y engullendo rebaños y animales. Era sumamente rápida.

El rey de Caria, Amisodares, la crió y su lugar de residencia era Pátara.

La Quimera azotaba con su fuego y cometía pillaje, robándose los rebaños en la ciudad de Licia. Por esto, el rey Yóbates le pide a Belerofonte que la mate.

La palabra “Quimera” significa “macho cabrío” en griego y es posible que el mito haya nacido de alguna batalla real contra un poderoso líder cuyo nombre, titulo o símbolo estuviera relacionado con el macho cabrío. El nombre de Quimera también fue utilizado para llamar a una ninfa siciliana que se enamoró del hermoso Dafnis.

Hipogrifo

Publicado: 2 de julio de 2012 en Uncategorized

El Hipogrifo es una mezcla de Águila y Caballo, es un ser equilibrado y ágil. Los Hipogrifos son omnívoros ósea pueden comer carnes o hierbas.

Habitan en manadas, lugares con pocas montañas y mucho pasto.

Es color marrón o pardo, con alas de águila y plumaje anaranjado, blanco y gris, sus patas traseras son de caballo y sus patas delanteras son de águila.

Simbología asociada: Se le confunde o relaciona con el Grifo, pero son dos criaturas totalmente diferentes, empezando por el hecho de que son de dos culturas totalmente diferentes. El Hipogrifo pertenece a la cultura Persa, pero fue tomada en Grecia en el tiempo de la guerra.

Fénix, el pájaro ardiente

Publicado: 2 de julio de 2012 en Uncategorized

Se dice que en el Edén originario, debajo del Árbol del Bien y del Mal, floreció un arbusto de rosas. Allí, junto a la primera rosa, nació un pájaro, de bello plumaje y un canto incomparable, y cuyos principios le convirtieron en el único ser que no quiso probar las frutas del Árbol. Cuando Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso, cayó sobre el nido una chispa de la espada de fuego de un Querubín, y el pájaro ardió al instante.

Pero, de las propias llamas, surgió una nueva ave, el Fénix, con un plumaje inigualable, alas de color escarlata y cuerpo dorado. Algunas fábulas lo sitúan posteriormente en Arabia, donde habitaba cerca de un pozo de aguas frescas y se bañaba todos los días entonando una melodía tan bella, que hacía que el Dios Sol detuviera su carro para escucharle.

La inmortalidad, fue el premio a su fidelidad al precepto divino, junto a otras cualidades como el conocimiento, la capacidad curativa de sus lágrimas, o su increíble fuerza. A lo largo sus múltiples vidas, su misión es transmitir el saber que atesora desde su origen al pie del Árbol del Bien y del Mal, y servir de inspiración en sus trabajos a los buscadores del conocimiento, tanto artistas como científicos.

Su cronología vital varía con la adaptación del mito. Así, cada 100, 500, 540 (y en algunas leyendas, incluso 1461 ó 12994 años), construye una pira funeraria en su propio nido, la rellena de inciensos y plantas aromáticas, y al tiempo que entona la más bella de todas sus canciones, se prende a sí mismo hasta extinguirse. No existe más que una única ave, cuya forma de reproducción, es, precisamente, el renacimiento, del que también es símbolo.

El mito del Ave Fénix se extendió ampliamente entre los griegos, que le dieron el nombre de Phoenicoperus (que significa alas rojas), apelativo que se extendió por toda la Europa romana. Los primeros cristianos, influidos por los cultos helénicos, hicieron de esta singular criatura un símbolo viviente de la inmortalidad y de la resurrección. En la mitología del antiguo Egipto, el Ave Fénix representaba al Sol, que muere por la noche y renace por la mañana. Otro símbolo vinculado al Ave Fénix es el de la esperanza, representa un valor que nunca debe morir en el hombre.

Según Ovidio, «cuando el Fénix ve llegar su final, construye un nido especial con ramas de  roble y lo rellena con canela, nardos y mirra, en lo alto de una palmera. Allí se sitúa y, entonando la más sublime de sus melodías, expira. A los 3 días, de sus propias cenizas, surge un nuevo Fénix y, cuando es lo suficientemente fuerte, lleva el nido a Heliópolis, en Egipto, y lo deposita en el Templo del Sol«. Como el nuevo Fénix acumula todo el saber obtenido desde sus orígenes, un nuevo ciclo de inspiración comienza.

El Ave Fénix tiene sus representaciones en diferentes culturas, como la china (el Fêng-Huang), la japonesa (el Ho-oo), la rusa (El Pájaro de Fuego, que inmortalizara musicalmente Stravinsky), la Egipcia (el Benu), la hindú (el Garuda), e incluso en los indios de norteamérica (el Yel), o los Aztecas, Mayas y Toltecas (el Quetzal). Fue citado por primera vez por Hesíodo en el siglo VIII A.C. y más tarde y con más detalle por el historiador Herodoto.

Pegaso

Publicado: 2 de julio de 2012 en Uncategorized

En la mitología griega, Pegaso es un caballo alado. Su nombre proviene de la palabra griega pege, que significaba manantial, pues se decía que había nacido en las fuentes del Océano.

Hay varias versiones de su nacimiento. Por un lado se decía que había nacido del cuello de la Gorgona, cuando Perseo la mató en el mar. En esta perspectiva, resulta que su padre es Poseidón, y Crisaor su hermano gemelo.

Otra versión sostiene que nació en la tierra, fecundado por la sangre derramada de la Gorgona, cuando Perseo la mató.

Una vez que nació, Pegaso fue al Olimpo, donde se puso a las órdenes de Zeus, al llevarle el rayo.

El papel de Pegaso más importante es en la leyenda de Belerofonte, sobre la que hay diversos argumentos. Por un lado, se decía que Pegaso había sido regalado a Belerofonte por la diosa Atenea (diosa de la sabiduría), pero según otras historias fue Poseidón el que dio el caballo a Belerofonte. También se contaba que el héroe lo había encontrado, cuando bebía en la fuente de Pirene.

Fue gracias a Pegaso que Belerofonte pudo matar a la Quimera y lograr por sí solo la victoria sobre las Amazonas.

Cuando Belerofonte muere, Pegaso volvió a la morada de los dioses. Tiempo después, se dio el concurso de canto que enfrentó a las Musas con las hijas de Píero. El Monte Helicón estaba muy complacido por la belleza de las voces, por lo que empezó a crecer amenazando con llegar al cielo.

Al ver el peligro, Poseidón le ordenó a Pegaso que fuera y golpeara a la montaña con uno de sus cascos para ordenarle qe volviera a su tamaño normal, a lo que la montaña obedeció dócilmente. Pero, en el lugar donde Pegaso la había golpeado brotó la Fuente Hipocrene, o Fuente del Caballo.

Por último, Zeus lo convirtió en Constelación, para que fuera eterno. Cuando esto sucedió, un pluma de sus alas cayó cerca de Tarso, y así la ciudad adoptó su nombre.

Fauno

Publicado: 2 de julio de 2012 en Uncategorized

Era, en la mitología romana, una de las divinidades más populares y antiguas, los di indigetes, identificado con el griego Pan debido a la similitud de sus atributos.

• En las fábulas Fauno aparece como el tercero de los reyes del Lacio, hijo de Pico, nieto de Saturno, y padre de Latino con la ninfa Marica (que también era a veces su madre). Como sus dos predecesores, Fauno había promovido la agricultura y la cría de ganado entre sus súbditos, y también se distinguió como cazador. Igualmente, se creía que en su reinado el arcadio Evandro y Heracles llegaron al Lacio.

• Fauno desempeña un papel muy prominente en la historia mítica del Lacio, con independencia de lo que hizo por la agricultura, era considerado uno de los grandes fundadores de la religión del país, por lo que Lactancio le sitúa a la altura de Numa Pompilio. Tras su muerte fue elevado a la posición de deidad tutelar del país, por sus muchos servicios a la agricultura y la ganadería.

• Debido a la forma en que daba sus oráculos, se consideraba a Fauno el autor de apariciones espectrales y sonido terroríficos; y por tanto se le describía como un dios lascivo y voluptuoso, que moraba en los bosques y era aficionado a las ninfas.

El Pombero

Publicado: 2 de julio de 2012 en Uncategorized

Lo definen como un hombre de baja estatura, fornido, moreno, con abundante vellosidad y brazos tan largos que los arrastra. A veces usa un enorme sombrero de paja y luce andrajoso, puede llevar una bolsa al hombro. Se cuenta que sus pisadas no se sienten. Sus pies se pueden dar la vuelta, de manera que confunde a aquellos que quieren seguirlo, aunque ésta es una característica de una población indígena del Chaco paraguayo denominados pyta jovái (Talones Dobles), porque al utilizar unas zapatillas de plantilla rectangular era imposible descubrir hacia donde se dirigía en caminante en el polvoriento suelo chaqueño. La mayoría de las versiones coinciden en describirlo con la boca grande y alargada y los dientes muy blancos; los ojos chatos, como los del sapo, una mirada fija, como la lechuza; y las cejas de pelo largo.  Puede ser amigo o enemigo del hombre, según la conducta de éste.

Un mero roce con sus manos peludas puede producir que la persona se torne zonza, muda o experimente temblores. Se dice que le gusta rondar a mujeres embarazadas porque piensa que es el padre o madres con bebés pequeños que no han sido bautizados y se les anuncia por las formas ya mencionadas. . Su presencia no siempre puede ser advertida, porque la capacidad de metamorfosearse, hace que vigile subrepticiamente la conducta de los hombres. El origen del nombre, quizá lo encontramos en el sur del Brasil, donde se llama “Pombeiro” al que espía. Igualmente nuestros aborígenes pampas llamaban “Bombero” al que marchaba en las líneas de avanzada, reconociendo el terreno, antes y durante los malones. Por su actitud de acecho, quizá Pombero derive de estas fonías aunque puede derivar de la expresión guaraní Po mberu,»mano de mosca», la cual alude a lo silencioso e imperceptible de este genio de la noche.